lunes, 1 de agosto de 2011

Migraciones Internacionales en América Latina. Situación, Desafíos y Perspectivas.

A. Introducción.

En años recientes, el tema de las migraciones internacionales ha venido a ocupar un lugar de preeminencia en la agenda de política pública en América Latina y el Caribe y en el mundo en general. En el año 2005, alrededor de 191 millones de personas – cerca de un 3% de la población mundial – estaban viviendo en países diferentes a su país de nacimiento. En términos cuantitativos el nivel actual de migración internacional es todavía relativamente modesto a una escala global, varios países receptores tienen una proporción de población extranjera superior al 10-15 % de su población. Además el efecto interno de la migración sobre el mercado laboral de los países receptores, el impacto de esta sobre las finanzas públicas, el diseño de las políticas migratorias, los temas de fuga de cerebros, los derechos de los migrantes y otros tópicos asociados al fenómeno migratorio son todos fenómenos que hacen la migración un tema complejo pero de alta relevancia.
La globalización actual es claramente asimétrica: mientras promueve el comercio de bienes y servicios y la movilidad del capital, es mucho menos liberal en cuanto a la movilidad internacional de personas en especial de trabajadores y personas de bajo ingreso. Los sistemas migratorios de los países receptores de altos ingresos son generalmente restrictivos y segmentados.
A pesar del costo humano de dejar los países de origen por falta de oportunidades económicas y a enfrentar condiciones inicialmente difíciles de inserción en los países de destino, las migraciones generan varios beneficios a los países de origen , de destino y a los migrantes y sus familias: brindan oportunidades de mejoramiento económico para los inmigrantes y sus familias, aportan una fuerza de trabajo generalmente joven y dinámica a los países receptores, contribuyen con capital humano escaso en el caso de la migración calificada y generan flujos de remesas para los países de origen de los inmigrantes. La migración da un impulso al capital humano el que se ha vuelto internacionalmente más móvil y expuesto a otras realidades más competitivas y desarrolladas, del que se beneficiarán los países de origen con la inmigración de retorno y con el contacto de los migrantes (profesionales, empresarios en el extranjero, trabajadores) con estos países. Por otra parte, también hay tendencias preocupantes como son las emigraciones de profesionales, en especial del sector salud, que en el caso de algunas economías del Caribe alcanza proporciones muy altas. También son nocivas las tendencias anti-inmigración en países desarrollados, las que son poco compatibles con un orden económico global, genuinamente abierto y libre.

B. América Latina como una región “exportadora “ de personas.

A pesar de las variadas restricciones a la inmigración en países receptores de altos ingresos, la región Latinoamericana es un “exportador neto” de trabajadores, profesionales y empresarios a países desarrollados (región de emigración neta); además hay crecientes flujos migratorios de personas, entre diferentes países de la región con distintos niveles de ingreso, oportunidades y grado de desarrollo económico entre ellos. Actualmente se estima que cerca de 26 millones de Latinoamericanos viven fuera de sus países de origen. De estos, 22.3 millones se encuentran en países fuera de la región (migración sur-norte) y alrededor de 3.5 millones viven en otros países latinoamericanos (migración sur-sur). Históricamente, América Latina no siempre fue un exportador neto de personas al resto del mundo. Entre la segunda mitad del siglo XIX y la primera mitad del siglo XX varios países de América Latina (principalmente Argentina y también Uruguay, Brasil, Chile, Venezuela y México) atrajeron inmigrantes de otras partes del mundo, muchos de ellos provenientes del sur de Europa, principalmente españoles e italianos además de personas provenientes del este y el norte de Europa. El movimiento de personas, en esa época, se complementaba con los flujos de capital hacia la región (inversión extranjera directa y de portafolio), con Inglaterra siendo la fuente más importante de recursos financieros externos en esa época, seguido por Alemania. Así, tanto el capital y el trabajo se movían del norte (Europa) al sur (América latina). Lo anterior contrasta con la realidad de las últimas décadas del siglo XX e inicios del siglo XXI en varios países de América Latina --incluida, por cierto, Argentina -- en que la conjunción de crisis económicas recurrentes, la inestabilidad política y la ampliación de las brechas de desarrollo con las economías avanzadas (que alguna vez fueron favorables a América Latina) hacían que las personas y el capital intentaran dejar la región.
En la primera década del siglo XXI , salvo por la recesión del 2009 asociada a la crisis financiera en el primer mundo, la región ha acelerado su ritmo de crecimiento económico, estimulada en gran medida por los altos precios de los producto básicos y commodities lo que puede disminuir los incentivos a emigrar en particular dada la falta de empleos, el estancamiento y la incertidumbre económica en los países del centro de la economía mundial como Estados Unidos y Europa que han seguido a la crisis del 2007-2009.
Las presiones a la emigración se reducen si la región sigue en una senda de desarrollo sostenido que crea buenas oportunidades a sus ciudadanos invirtiendo los excedentes de la bonanza económica actual en la formación y modernización de su capital humano, capital físico y la renovación de instituciones para adecuarlas a los nuevos desafíos del desarrollo, la competitividad y la globalización.

C. Crecimiento Económico, Situación Social y Migraciones.

La emigración internacional desde América Latina de los últimos 25 años, (un fenómeno que se observa, en dicho periodo, también a nivel global) coincide con un ritmo de crecimiento económico de la región solo moderado y ciertamente volátil. Como consecuencia de lo anterior, muchos países vieron aumentar sus brechas de desarrollo (diferencia entre el ingreso por habitante promedio de la región y el de países como Estados Unidos, España, Canadá y otros que son destinos preferentes para los emigrantes Latinoamericanos). En contraste, algunos países como Chile vieron acortarse estas brechas de desarrollo debido a una aceleración del crecimiento económico durante este periodo. La brechas de desarrollo, de oportunidades económicas y las diferencias de salarios reales entre distintos países crean poderosos incentivos para la migración internacionales tanto del sur al norte como sur–sur aunque en esta ultima también influyen factores como la cercanía geográfica, cultural y lingüística entre ellos.
La situación social y laboral de América Latina también crea incentivos para que las personas emigren en busca de mejores ingresos y oportunidades laborales en el extranjero. En efecto, la proporción de personas bajo la línea de pobreza no es menor (cercana a 37 por ciento de la población total, es decir más de 200 millones de personas). Además la región Latinoamericana sigue siendo un continente de alta desigualdad de ingresos. Un indicador como el coeficientes de Gini (va entre cero y uno, más cercano a uno más desigualdad) en varios países de la región exceden el valor de 0,5 (el promedio de la OECD es cercano a 0.38). En el mercado laboral, la situación de desempleo crónico, sub-empleo e informalidad que históricamente ha caracterizado a América Latina han generado históricamente y en el presente presiones a la emigración las que no son fáciles de revertir aun en un contexto de un mayor crecimiento económico. Como se indicó la actual crisis económica en países receptores de migrantes latinoamericanos como España y el incierto futuro económico de Estados Unidos están moderando las presiones a emigrar hacia esos países e incluso se observa una migración de retorno de Latinoamericanos en estos países, una disminución de las remesas e incluso una migración de nacionales de estas economías hacia América Latina.

D. Temáticas del proceso de migración internacional en una era de crisis y globalización

En mi libro International Migration in an Age of Crisis and Globalization, (Cambridge University Press, 2010), se destacan varios temas de carácter global referidos al proceso migratorio, que deseamos destacar brevemente en este articulo.
(a) Inestabilidad económica, nacionalismo y movilidad de trabajo y capital: Históricamente, la migración internacional y la integración económica han disminuido durante períodos de nacionalismo económico y político, intolerancia racial y hostilidad hacia los inmigrantes. Este fue el caso del periodo de entre-guerras (décadas de 1920s y 1930s) en el siglo XX. La historia enseña que cuando los países son afectados por ciclos de inseguridad e inestabilidad, tanto las personas como el capital buscan escape hacia otros países, postergando el desarrollo económico interno de sus países de origen y creando tensiones sociales no fáciles de manejar. Desde la década de los 1970s la frecuencia de crisis económica se elevó mucho en América, Latina, Asia, Europa del Este comparado con el periodo de aproximadamente 25 años que va desde mediados de la década de 1940 (posterior al fin de la segunda guerra mundial) y el colapso de las paridades de Bretton Woods a inicios de la década de 1970. En los años 2007-2009 la tendencia a las crisis financieras seguidas por recesiones alcanzó a países desarrollados como Estados Unidos y Europa y tuvo efectos globales de primera magnitud. Entre el 2010 y el 2011 estas crisis golpearon con particular dureza a los países de la periferia Europea como Grecia, Irlanda, Portugal y afectan a España también. En contraste, los ciclos de estabilidad, prosperidad y democracia promueven la inmigración de personas y la entrada de capital proveniente del extranjero, a estos países apoyando su crecimiento y desarrollo económico.

(b) Desigualdad Global y Migraciones: La evidencia histórica de largo plazo muestra que la desigualdad entre países (diferencias internacionales en niveles de ingreso por habitante y niveles de desarrollo) ha aumentado a partir de la segunda mitad del siglo XIX, tendencia que se acentuó, en distintos países y regiones durante el siglo XX. África se rezagó en sus niveles de desarrollo, a pesar que en la primera década del siglo XXI, este continente registro tasas respetables de crecimiento económico y sus perspectivas económicas futuras albergan espacio para un cierto optimismo de que la región pueda dar un salto hacia adelante en su potencial de desarrollo. América Latina en los últimos 50 años ha mantenido una participación constante en el ingreso mundial, aunque economías como Chile y otras han logrado aumentos importantes en sus niveles de ingreso per cápita en el último cuarto de siglo. Por otra parte economías de gran tamaño como China e India han acortado sus brechas con el mundo desarrollado y son hoy fuentes muy importantes de impulso a la economía global. Estas distintas tendencias han incentivado flujos migratorios desde países con salarios bajos a países con mayores salarios, aunque el proceso de convergencia internacional de salarios es aun débil por las restricciones a los flujos migratorios que caracterizan el actual ordenamiento económico internacional.

(c ) Diferencias en los circuitos de migración internacional entre los trabajadores y las elites: Una asimetría del proceso migratorio en la actual globalización es entre las facilidades para la movilidad internacional de la elite profesional, de conocimiento y la elite empresarial y el marco restrictivo que enfrenta la movilidad de los trabajadores y las personas con menores calificaciones. Este proceso lleva a una segmentación social y económica a nivel global que replica la segmentación existente a nivel nacional entre estos actores sociales y factores productivos. Identificamos como la “elite internacionalmente móvil” a aquellas personas con niveles superiores de educación, calificaciones especiales, conexiones sociales y habilidades empresariales. Estas personas incluyen, por ejemplo, ingenieros, académicos, expertos en tecnología informática, científicos, estudiantes de post grado, empresarios, artistas y escritores, personas relacionadas con los medios de comunicación y la tecnocracia de los gobiernos y profesionales de las organizaciones internacionales. Esta elite internacional de migrantes crea sus propios “circuitos” de migración y “ecosistemas” profesionales que favorecen su movilidad internacional. Uno de estos circuitos es el sector privado internacional, compuesto por corporaciones multinacionales y bancos internacionales que emplean ejecutivos y profesionales que se mueven entre los países según la política de recursos humanos interna de la corporación o banco. Otro sector es el “sector público internacional” compuesto por organizaciones como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, las Naciones Unidas, la Unión Europa, el OECD (Organización para Desarrollo y Co-Operación Económica) que emplean economistas, expertos financieros, ingenieros, científicos sociales, muchos de los cuales provienen de países en vías de desarrollo. Los miembros de esta tecnocracia internacional han a menudo obtenido sus títulos de post grado (maestrías y doctorados) de universidades en Estados Unidos, Canadá, Europa, Australia y otros países. Estas instituciones también atraen a funcionarios que han trabajado anteriormente en altos puestos de gobierno en sus países de origen. Otro empleador de la elite de migrantes, particularmente científicos y académicos sobresalientes, son universidades y centros de investigación en países avanzados.
Los “trabajadores del conocimiento” gozan de regímenes de inmigración más favorables (visas, permisos de trabajo y requerimientos de entrada) que los que enfrentan los inmigrantes menos calificados que en su mayoría encuentran trabajo como obreros en el sector de construcción, servicios de limpieza y domésticos, jardineros y otros de los países receptores. Los migrantes menos calificados enfrentan períodos de espera más largos para obtener permisos de trabajo y estatus de residencia, sus derechos laborales están desprotegidos y muchas veces trabajan sin contrato de trabajo, por lo no tienen acceso a beneficios y derechos sociales.
(d) Impacto económico de la movilidad internacional de personas. Las consecuencias distributivas y de desarrollo económico de la movilidad internacional de personas para los países de origen y de destino son variadas. Para los países receptores (de destino) la elite de migración representa al menos dos beneficios principales: Primero, son un número relativamente pequeño de de personas – por lo tanto se evitan las presiones sobre los mercados laborales domésticos y servicios sociales asociados con la inmigración masiva de trabajadores y sus familias. En segundo lugar, estas personas tienen un gran potencial, debido a sus habilidades y conocimiento, de agregar valor económico en distintas actividades económicas, científicas y tecnológicas en los países receptores. Es por esto que a veces se les llama “migrantes de alto valor.” Este aporte es especialmente útil cuando los países de destino experimentan una escasez de recursos humanos cualificados en áreas críticas como el sector de tecnología de la información, en investigación y desarrollo, el sector de salud y otros que se necesitan para apoyar el crecimiento económico interno, mantenerse económicamente competitivo y proveer servicios sociales a la población.
De hecho, cada vez más, países de altos ingresos están instaurando regímenes de inmigración “selectivos” para favorecer la entrada de personas con niveles educativos más altos, habilidades escasas, conocimientos especiales, y dominio del o los idiomas del país receptor. Sin embargo, la inmigración de trabajadores de menores calificaciones es diferente. El número de inmigrantes es muy superior a los inmigrantes de elite por lo tanto la presión sobre los servicios sociales, la vivienda y los salarios de los trabajadores nativos es más serio. Así, surge un equilibrio delicado entre las necesidades que enfrentan las compañías y los hogares en los países receptores de altos ingresos por mantener sus costos laborales bajos por un lado y el impacto social, fiscal y cultural asociado con la migración masiva por otro lado.
En contraste, para los países de origen, la emigración de la elite los priva, al menos inicialmente después de la emigración, de la contribución de los empresarios a la creación de riqueza, de los profesionales y científicos que emigran a la generación y aplicación de nuevos conocimientos y en el caso de la emigración de personal médico de sus servicios en el sector de salud. Sin embargo, la fuga de cerebros puede convertirse en el futuro en una circulación de cerebros trayendo beneficios al país de origen vía aporte de capital fresco, conocimiento de mercados extranjeros, contactos internacionales, nuevas experiencias y conocimientos. La significancia práctica de estos efectos está sujeta a un debate continuo en la literatura sobre la migración internacional y varios de estos argumentos son revisados y críticamente evaluados en el libro.

( e ) El puzzle de las políticas y prácticas migratorios de los países ricos. La inmigración (incluyendo la migración irregular) se ha triplicado en los últimos 40 años, a pesar de las políticas restrictivas sobre la inmigración en los países receptores de inmigrantes. Las actuales políticas de migración en los países ricos son una mezcla de regímenes relativamente favorables a los migrantes cualificados (profesionales, personas con alta educación, inversionistas extranjeros) combinada con una densa burocracia de visas y permisos para la migración de trabajadores pobres, que constituyen la gran masa de inmigrantes extranjeros a los países desarrollados. Es evidente que los países grandes receptores de inmigrantes buscan evitar un marco multilateral migratorio que fije normas, códigos de conducta a los gobiernos y establezca derechos para los inmigrantes. Estos gobiernos prefieren mantener estructuras de mercado de trabajo dual en que coexisten migrantes con derechos laborales y visas de trabajo con inmigrantes pobres casi sin derechos laborales ni situación migratoria regularizada. La inmigración irregular (o ilegal) que constituye un régimen de facto y no de jure. Sin embargo este cumple una racionalidad económica clara: reduce los costos laborales en los países receptores al evitar el peso de la burocracia migratoria de visas y permisos de trabajo para contratar trabajadores extranjeros. La inmigración ilegal pone a disposición de los empleadores una especie de mercado spot, de trabajo barato pero sin derechos laborales ni mecanismos de protección social.

( f ) Mercados de remesas y su movilización para el desarrollo: En la última década el volumen de remesas enviadas a los países de origen por los inmigrantes ha aumentado sustancialmente, superando la asistencia oficial de desarrollo y la inversión extranjera directa para los países en desarrollo. En varios países, el ingreso de remesas es una fuente dominante de recursos que pueden ser movilizados para el desarrollo nacional, apoyando el consumo, la inversión (de menor escala), la financiación de la educación y la salud. En general los gobiernos deben mantener estos flujos con la mínima interferencia posible. Sin embargo, las remesas tienen un lado potencialmente adverso al crear una cultura de dependencia entre los receptores de las mismas que tiende a penalizar el ahorro, el esfuerzo laboral y el espíritu empresarial en la población receptora de estas transferencias.

E. Desafíos migratorios para los países de origen

El análisis del tema migratorio generalmente soslaya las responsabilidades de los países de origen en el tema migratorio. Al respecto destacamos algunos de estos:

(i) Insuficiente desarrollo económico como una presión a la emigración: La falta de desarrollo económico doméstico (crecimiento lento, inestable y desigual) y la escasez de empleos estables, de buena calidad y bien pagados son factores que inducen la emigración. El desafío para reducir las presiones a la emigración masiva es, en última instancia, lograr que los países se desarrollen, creando buenos trabajos y salarios atractivos en el país de origen para que sus nacionales no deban emigrar en busca de mejores condiciones económicas en el exterior. Por supuesto aun con una convergencia en los niveles de desarrollo entre países habrán flujos de emigración e inmigración pero estas presiones serán menos agudas y sus efectos menos dramáticos. En un esquema cooperativo de gestión de las migraciones internacionales las responsabilidades son compartidas. Los países de destino deben asegurar que sus fronteras se mantendrán abiertas a la migración internacional para fomentar la convergencia internacional de ingresos y salarios. A su vez, las naciones de origen deben fomentar su desarrollo económico y social interno, para acelerar el crecimiento, reducir las brechas de ingreso per cápita y detener las presiones para la emigración masiva a los países ricos.

(ii) Responsabilidades de los países de origen hacia la comunidad migrante. Las preocupaciones con las políticas migratorias de los países ricos no debieran hacer olvidar las responsabilidades de las naciones de origen hacia sus nacionales viviendo y trabajando en el extranjero. Los migrantes necesitan un cierto nivel de apoyo legal y económico por parte de sus gobiernos para facilitar su trabajo y vida en naciones extranjeras; este apoyo también les debiera permitir mantener una relación normal (por ejemplo para viajar, votar, etc.) con su nación de origen. Garantizar el acceso a un asesoramiento legal para la comunidad inmigrante, gratis o a un costo razonable, es una necesidad al que pueden contribuir los gobiernos, consulados, abogados y organizaciones sociales de migrantes

(iii) Democracia, gobernabilidad y diásporas: Además de los motivos económicos también existen factores políticos que llevan a la emigración. En gran medida, estos factores políticos están relacionados con la calidad del gobierno y la democracia en los países de origen. Alcanzar un desarrollo económico auténtico no es solo garantizar un mayor nivel de ingreso por persona sino también el tener instituciones y sistemas políticos efectivos que respeten los derechos económicos y sociales, la propiedad privada y la integridad personal. Otro tema migratorio de creciente importancia es el apoyo hacia la Diáspora. Como consecuencia de crisis económicas, cambios políticos, revoluciones y guerras hay una cantidad de Diásporas empresariales, de conocimiento o simplemente comunidades de bajos ingresos viviendo en otros países. Algunas de estas Diásporas son una importante fuente de conocimiento, capital y remesas, transferencias tecnológicas y contactos de mercados externos. Los gobiernos y las organizaciones de sociedad civil pueden jugar un rol importante en establecer vínculos sostenibles con estas organizaciones de Diáspora y facilitar su contribución al desarrollo de su país de origen.

F. Un contrato social global en torno a la migración internacional

El tema migratorio debe ser tratado como un desafío global. Así, un contrato social de carácter global en torno a un proceso ordenado y equitativo de migración internacional debe estar fundado en torno a un consenso sobre los beneficios y costos de la migración y ser acompañado por reglas e instituciones que regulen y fijen estándares para la movilidad internacional de las personas. El diseño práctico de un contrato social global sobre la migración tendrá que hacer frente a varios desafíos como la articulación y agregación de la heterogeneidad de intereses y la diversidad de visiones en torno al tema de la migración internacional.

Una consecuencia práctica de este contrato social sería la creación de una organización internacional cuyo foco fuera la migración internacional y el desarrollo. Actualmente, la Organización Internacional para la Migración (OIM) es la única institución que se especializa solamente en la migración aunque otros organismos internacionales tocan esta temática. Esta organización podría jugar un rol técnico en el diseño de estándares y monitorear su cumplimiento para ser utilizados como punto de referencia para el diseño y la actual implementación de regímenes de inmigración en países de origen y destino. Debe además tener el respaldo político de sus países miembros y contar con un adecuado sistema de representación para los países en desarrollo fuente de emigrantes y los países desarrollados receptores de los mismos. Todo ello recordando que finalmente la organización propuesta es solo un vehículo para lograr ese nuevo contrato social que es la clave.
Un elemento de un nuevo consenso migratorio debe reconocer que las políticas de inmigración no deben solo ser formuladas sobre una base nacional. Estas políticas deben considerar también sus implicancias bilaterales, regionales y globales en las cuales los intereses de los distintos actores tengan voz y participación en la definición de las políticas. La inmigración debe ser una parte integral de la globalización, pero mientras el actual proceso de globalización prioriza la movilidad internacional de objetos (bienes, capital, tecnología y dinero), al mismo tiempo relega a un segundo o tercer plano la movilidad de las personas es decir aquellos que deben estar en el centro de una globalización más humana y justa. De ahí la importancia del tema migratorio. Es necesario un enfoque integral de la migración internacional que combine elementos analíticos como aplicados de política pública orientada a lograr un sistema de migración internacional ordenada, eficaz y justa que el existente en la actualidad dentro de un orden económico verdaderamente global y equitativo.

2 comentarios:

Unknown dijo...

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Australiano de Inmigración

José dijo...

Muy informativo, latinoamerica se descatca mucho por el turismo. Si desean visitar Uruguay les recomiendo el Hotel Bahamas. Tiene muchos tipos de servicios.